miércoles, 14 de mayo de 2014

NUESTRO RELOJ CIRCADIANO

En la biología, los ritmos circadianos (del latín circa, que significa 'alrededor de' y dies, que significa 'día') o ritmos biológicos son oscilaciones de las variables biológicas en intervalos regulares de tiempo.

El ciclo circadiano abarca 24 horas, divididas en ocho para el sueño y 16 para la vigilia.
Todavía no se conoce con exactitud el mecanismo que regula el ritmo circadiano, aunque se piensa que es el hipotálamo, una región localizada en el encéfalo. Además, se ha comprobado que la luz influye en este ciclo, a través de una sustancia (la melatonina) secretada por la glándula pineal (ubicada en el cerebelo). Recientemente, también se ha localizado un gen que controla el ritmo circadiano. Investigadores del Instituto Médico Howard Hughes han determinado que el ciclo vigilia-sueño se encuentra regulado por el gen hPer2.

El interés en el ritmo circadiano es múltiple, no solamente por aplicaciones prácticas que derivan de su conocimiento, sino también, porque abre una ventana al conocimiento de la filogenia de muchos seres vivos, muestra muchas homologías entre animales, cianobacterias, hongos, insectos y plantas, pero al mismo tiempo, sugiere que las especies han evolucionado independientes una de otras.

 En el humano, los perfiles de las secreciones hormonales representan un buen modelo para el estudio del sistema circadiano, las variaciones hormonales diurnas generalmente reflejan la modulación, a través del día, de secreciones pulsátiles a intervalos de 1 ó 2 horas, por señales ocurridas en períodos cercanos a las 24 horas y resulta de un sistema interno regulador del tiempo (reloj circadiano) con la homeostasis sueño/alerta y varios factores ambientales, incluido el ciclo luz/oscuridad, cambios periódicos en los niveles de actividad y el esquema alimenticio. Esta organización temporal es alterada en muchas condiciones fisiopatológicas como el envejecimiento, pérdida del sueño, horarios o trabajos nocturnos, viajes en avión, desórdenes afectivos y enfermedades endocrinas. Estímulos tanto fotónicos como no fotónicos pueden afectar la regulación circadiana y el patrón de secreción hormonal diurna. Apropiados estímulos del tiempo, pueden inducir fases de adelanto o retraso en el reloj circadiano, de acuerdo con la administración del tiempo. Efectos pulsátiles de la luz y de la oscuridad han sido descritos en humanos. El ejercicio físico, la melatonina y agonistas, las benzodiazepinas e hipnóticos también influyen. Estos resultados abren nuevas perspectivas en el tratamiento que involucran una variada patología por la disregulación de la ritmicidad circadiana

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